Autor: Maryse Condé
Amor y aplausos para esta historia.
Empecé el año leyendo libros que me tienen fascinada. Corazón que ríe, corazón que llora es uno de esos a los que llegué por azar, sin ninguna expectativa, por algo tan simple como que me llamó la atención el nombre. También leemos ciertos los libros por instinto. ¿a ustedes les pasa?
En esta relato sobre su niñez y adolescencia en la nación antillana de Guadalupe, Maryse habla de su hogar- ella es la menor de ocho hermanos-, de sus padres que se niegan a hablar criollo y únicamente lo hacen en francés porque se sienten franceses de pura cepa, y consideran que lo que encuentran en la isla (costumbres y personas) es burdo.
Maryse se ve sumergida en una cápsula en la que únicamente ve asomos de esta nación caribeña. Lo curioso sucede cuando viaja a Francia. ¿Quién es ella entonces, cual es su identidad? Su hermano le dice “nuestros padres son unos alienados” y ella no entiende que quiere decir con esto. Un día, ella descubre que los blancos la miran por encima del hombro, que una niña le dice un día en el parque “si mis padres me ven jugando contigo me matan”.
Atrapada, sin poder raspar la superficie de sus padres para verlos en su ser más auténtico Maryse nos lleva por anécdotas que construyen un relato magnífico, que de hecho hace reír y llorar a la vez. Como el perfil de su madre que escribió con todo amor y autenticidad. O el día en que descubre cual es su ideal de belleza sin fijarse en el color de la piel, y luego se da cuenta de que determinados ideales le son vetados y es mejor no mirar hacia allá.
Y el último episodio con su madre… de ese no tengo posibles palabras.
Los libros abren mundos y este para mi es una presentación de la primera autora antillana que leo en mi vida, de la primera novela sobre este territorio a la que acerco. Este libro es increíble, bello y terrible a la vez y se lee en un suspiro.
Esta autora ganó el Premio Nobel Alternativo de Literatura en 2018.
Editorial Impedimenta nunca me defrauda.
