Los tres tipos de libros que guardo en mi biblioteca

Si pensaban que tenía una biblioteca enorme en mi casa, como las que salen en las películas o las de los fondos de zoom, pues se han equivocado de principio a fin. En realidad, el espacio que tengo disponible para guardar libros en mi casa es reducido y  estos objetos han invadido lugares como la sala, el mueble del televisor y hasta la chimenea (hay que ser recursivos) y pues ni se diga la mesa de noche que es una enorme torre de libros a medio leer, que viven bajo la mirada a ratos cómplice, a ratos acusadora, de mi esposo. Para mi los libros son objetos cotidianos y no requieren de ningún altar especial, requieren ser parte de la vida y ya.

Entonces a veces me canso de ver libros por todas partes y el domingo pasado me entró una necesidad inmimente por depurar: agarré una caja y comencé a meterlos allí. Cada tanto me gusta sacar cosas que ya no necesito, sea ropa, implementos de cocina o libros, la sensación de “liberar”  me genera gran satisfacción ¿a ustedes les pasa?

Hago donaciones o  trueques y esta vez   decidí que iba a vender los libros que ya no necesitaba en mi vida. La experiencia me encantó  porque, además de recuperar una mínima parte de todo lo que invierto en libros (me sentí tan emocionada como cuando recibí mi primer sueldo)  pienso que pagar por un libro, así sea poco es importante, porque hacer un pequeño esfuerzo muchas veces nos ayuda a valorarlo más. ¿Y les cuento algo? Jamás he extrañado un libro que haya vendido, regalado o intercambiado.

Tras este proceso mi biblioteca se tomó un respiro y analicé su composición. Encontré -por medio de un análisis matemático más o menos confiable-  que está compuesta de la siguiente forma: 

  1. Libros Memorables: 15% son libros que quisiera releer algún día. Aquí tengo títulos de Maryse Condé, los de Elena Ferrante, algunos de Stefan Zweig, de Chimamanda Adichie, de Saramago…
  2. Libros con carga emocional: 5% son libros que tienen un valor sentimental muy grande: los escribió alguien cercano, fueron un regalo especial o  tienen una dedicatoria. Por ejemplo los que escribió mi papá, el de mi hermana, de algunos amigos.
  3. Libros que quiero leer algún día:  Ocupan el 80% de mi biblioteca y si les hago el listado de los que hay aquí pues no acabo.

Entonces si observan mi biblioteca encontrarán que no he leído la mayoría de los libros que allí se encuentran y eso me parece simplemente genial. Ellos simbolizan la esperanza de tener tiempo para leerlos, son un deseo por cumplir y es un placer llegar a ellos cuando estoy lista para mi siguiente aventura lectora.  Y esos libros que dejo ir, tendrán un mejor destino que quedarse en una biblioteca empolvándose por la eternidad (espero).

Para mi una biblioteca es un mundo de posibilidades.

Y ese 15% de libros que se queda son como ese colador  donde se filtró lo que determina mi verdadera esencia como lectora.

¿y cuales son los libros que componen sus bibliotecas?

 

 

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